Capítulo 28
Catherina regresó a su habitación furiosa. Desde que Eleanor había regresado, su vida no había sido más que un caos. Ahora, incluso su hermano menor, que había sido su compañero íntimo desde la infancia, parecía estar alejándose de ella.
Abrumada por la reciente serie de desafortunados acontecimientos, estalló en lágrimas. En ese momento, Amelia entró en la habitación de Catherina y vio el rostro surcado de lágrimas de su hija.
Preocupada, preguntó: "Catherina, ¿qué te pasa? ¿Te sientes mal? ¿Por qué lloras?".
Al ver a su madre, Catherina lloró aún más fuerte: "Mamá, ¿siempre estarás ahí para mí?"
—No seas tonta. Te lo he dicho muchas veces, siempre serás mi hija. Nadie cambiará jamás tu lugar en esta familia —le aseguró Amelia, dando un paso adelante para abrazar a su hija que sollozaba.
Al oír estas palabras, Catalina sintió que su angustia se aliviaba un poco.
Una vez que Catherina se hubo calmado, Amelia dijo seriamente: "Catherina, tengo algo importante que decirte. Acabo de regre

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