Capítulo 447
Eleanor entrecerró los ojos, reprimiendo la irritación que le subía al pecho. Había algo en el tono de voz de aquel anciano —arrogante, burlón, casi burlón— que la ponía nerviosa.
Sin embargo, ella permaneció en silencio, mirándolo fijamente a los ojos en un enfrentamiento sin palabras.
El anciano se enderezó de repente y su frágil figura se movió con sorprendente agilidad. Su mirada brilló con una luz peculiar y la sonrisa siempre presente en sus labios se hizo más profunda.
—En realidad, mi petición es bastante sencilla —dijo finalmente, con un tono divertido—. ¿Ves ese cocotero de allí?
Levantó un dedo delgado y calloso y señaló hacia un enorme cocotero en la distancia.
—Ve a recogerme tres cocos —continuó con expresión indescifrable—. Cuando los traigas, te diré cómo sobrevivir.
Eleanor no reaccionó de inmediato. Se limitó a observarlo, su rostro convertido en una máscara indescifrable.
¿Una prueba? ¿Una broma? ¿O había una razón más profunda detrás de esta absurda petición?
Despué

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