Capítulo 53

Era difícil dormir. La cama de Robert era lo suficientemente grande para él y para Eleanor, lo que les permitía mantener una distancia segura el uno del otro. Sin embargo, en la oscuridad, sus sentidos estaban agudizados. Eleanor, que nunca había dormido al lado de nadie antes, no podía conciliar el sueño por más que lo intentara. Escuchó atentamente la respiración suave y baja del hombre que estaba a su lado. —¿Estás dormido, Bob? —susurró, inclinándose para mirar a Robert. Bajo el cielo oscuro de la noche, solo podía distinguir los contornos de su rostro. Su nariz alta y recta, su mandíbula cincelada y su prominente nuez de Adán llamaron su atención. En ese momento, vio que su garganta se movía mientras tragaba y, de repente, giró la cara hacia ella. Ella fue capturada. —¿Aún no te vas a dormir? —La voz de Robert era más baja de lo habitual, sonando un poco ronca. —Duerme, duerme —murmuró Eleanor, dándose la vuelta rápidamente. Afortunadamente, la oscuridad ocultó su rostro enrojecid