Capítulo 16
—¡Rubén, no te alteres! Ismael es demasiado travieso, por eso le pasó esto, él mismo comió la comida recién salida de la olla...
Pero antes de que ella terminara de hablar, Rubén le agarró directamente el cuello, en sus ojos solo quedaba una expresión de furia.
—¿Hasta cuándo vas a seguir engañándome? ¡Isabel, te confié la casa y así es como cuidas de Iván e Ismael? No los llevas ni los traes, no les das de comer, ¡incluso los golpeas en secreto cuando no estoy! ¡Iván e Ismael son apenas unos niños y tú los has torturado hasta este estado!
Él apretó con fuerza y en los ojos de Isabel apareció una expresión de sorpresa; no esperaba que Rubén supiera todo, así que se defendió instintivamente.
—No es así, Rubén...
Pero solo recibió una actitud aún más fría; Isabel sintió que su mandíbula estaba a punto de romperse, y la voz de Rubén era gélida.
—¿No es así? ¡Parece que he sido demasiado indulgente contigo, permitiéndote mentirme incluso en mi presencia!
—Te lo he dicho innumerables veces,

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