El punto de vista de Camila
Ezra no regresó en todo el día. No sé adónde fue. Quería saberlo pero no me atrevía a llamarlo. Seguí mirando su número en mi teléfono pero no pude presionar el botón de llamada.
¡Sí! Quiero que sepa que lo que pasó entre nosotros la otra noche no significa nada para mí incluso cuando el hecho de que lo hice con él lo hizo especial.
Proteger mi corazón fue lo que me enseñé porque tengo miedo de salir lastimada. Podría perderme. Podría... arruinarme si no hiciera esto.
Ya eran las seis de la tarde cuando la puerta se abrió. Dentro de una hora regresaremos a casa.
Mis ojos siguieron el movimiento de Ezra. Estaba sentada en el sofá. Nuestro equipaje está a mi lado. Sus ojos se posaron en las maletas antes de que casualmente posara sus ojos en mí.
“Ya llamé a un taxi”. Su voz era fría y plana.
¿En realidad? ¿Qué lo hizo enojar tanto? Debería estar agradecido de que me niego a darle mucha importancia a lo que pasó entre nosotros. ¿No me digas que está enojado por