Capítulo 1037
Roberto vio a la señora Teresa de pie en la puerta y se acercó a ella. —Hablemos en la habitación.
Pero la señora se negó a moverse. —No me engañes. Ya estoy mayor, no soy una niña. No tienes que ocultarme nada.
Valentín intervino. —Señora Teresa, está pensando demasiado. No es como usted imagina.
La señora Teresa negó con la cabeza y miró a Roberto. —No, quiero oírtelo decir.
Roberto habló: —Ha surgido un problema con el donante de riñón. Por el momento no se puede programar la cirugía.
La señora Teresa, al escuchar la noticia, respondió: —Yo pensé que era por otra cosa. Si no se puede hacer la operación, pues ni modo.
Valentín agregó diciendo: —Que no se pueda hacer la cirugía no significa que no haya otras opciones, todavía se puede tratar.
—¿No dijeron antes que no se había encontrado un método de tratamiento efectivo? No me engañen ustedes.
Roberto la miró. —Antes, igual había otras maneras, pero me parecían poco confiables.
—¿Y ahora sí son confiables?
Valentín dijo: —Señora Tere

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