Capítulo 1221
Alicia se apoyó en el pecho de Roberto y, de manera espontánea, pasó los brazos alrededor de su cuello.
En realidad, ella también lo extrañaba.
Finalmente, cuando Alicia, sonrojada y jadeante, recuperó el aliento, Roberto se detuvo y, aún insatisfecho, rozó la comisura de sus labios.
La voz de Roberto era algo ronca. —¿Tienes algo que hacer esta noche?
—No, nada en especial.
Después de decir esto, Alicia notó que la mirada de Roberto se volvía mucho más intensa; comprendió lo que él quería decir y trató de escaparse rápidamente de sus brazos.
Pero Roberto fue más rápido, la sujetó por la cintura y, bajando la cabeza, le mordió suavemente la oreja. —¿A dónde crees que vas? ¿Temes que te coma?
Alicia sintió el aliento ardiente de él y se ruborizó más.
Dijo, con las mejillas encendidas: —De repente recordé que tal vez tenga que quedarme a trabajar horas extras esta noche.
—Trabaja horas extras mañana.
Alicia lo miró de reojo, con una sonrisa traviesa. —En la sala de reuniones no decías es

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