Capítulo 1235
Alicia la escuchó y se acercó. —Sí, vine a verte. Pero ¿cómo puedes dejar que personas ajenas entren, así como así? ¿No te da miedo que te ocurra algo?
Yalena sonrió amablemente y respondió: —Señorita Alicia, no hace falta que seas tan irónica, yo no soy como la señora Lourdes.
Yalena se acercó a Belén. —Beli, gracias por seguir confiando en mí.
—Señora Yalena, claro que confío en usted. Después de todo, cuando la tía Lourdes me tuvo encerrada, fue usted quien la engañó para poder salvar mis bienes.
—Eso no fue nada, después de la muerte de Fidel, somos una familia. Antes no tenía derecho a decir ni hacer nada, pero ahora que ya has crecido y puedes distinguir entre el bien y el mal, por fin me atrevo a volver para ayudarte.
Tras hablar, Yalena levantó la mirada hacia Alicia. —Señorita Alicia, siempre he querido llevarme bien contigo, pero tú tienes algo en mi contra solo por mi cara. Aun así, no deberías tratar de sembrar discordia entre Beli y yo.
Alicia, muy seria, miró a Belén y le

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