Capítulo 1367
Alicia miró a María y preguntó: —¿Dónde están esas personas?
En ese momento, la ventana se rompió.
Pablo gritó: —¡Al suelo!
Alicia y Belén se escondieron en un rincón, y ella suspiró. —¿Por qué cada día se vuelve más peligroso?
Belén habló: —Esa loca de María, ¿cómo pudo colaborar con esos forajidos?
Alicia miró a Yalena. —Tú deberías saber mejor que nadie qué tipo de personas son tus subordinados, ¿no?
Yalena miró la sangre en el cuello de Augusto. —María, ¿te has vuelto loca? Te daré dinero, pero suelta a tu hermano.
—Ya no voy a creer en lo que dices, al fin y al cabo, me has secuestrado dos veces y has querido matarme.
María echó un vistazo hacia fuera de la ventana. —Ahora me voy a llevar a Augusto, y más les vale no hacer ningún movimiento imprudente, porque no puedo garantizar que la gente de afuera no vaya a matar a cualquiera de ustedes.
Yalena estaba casi fuera de sí. —Mari, no tenerte a mi lado fue por obligación, ya sabes que mi identidad no podía salir a la luz. Contigo a

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