Capítulo 1519
Después de que él intercambió una mirada con la niña, fue a servirse un vaso de agua.
Se sentó en el sofá y se frotó los ojos.
Pensó que estaba ebrio y por eso estaba teniendo alucinaciones.
La pequeña se acercó a él y extendió su manita para masajearle las sienes.
Roberto al principio sentía un poco de dolor de cabeza, pero no esperaba el malestar se aliviara bastante.
Pasado un rato, él logró estabilizarse.
Abrió los ojos, giró la cabeza y vio una cabeza con una trenza.
Aquella niña era muy pequeña.
Roberto se incorporó y entonces pudo ver su cara de facciones delicadas, que lo miraba tímidamente.
Serio, le preguntó: —¿Qué haces aquí?
La niña bajó la cabeza, mientras sus deditos se movían sin parar.
El tono de él se suavizó. —Tranquila, antes de encontrar a tus padres no te mandaré lejos.
—¿De verdad?
La pequeña levantó de golpe la cabeza y sus ojos brillaron como estrellas.
Roberto continuó. —Cumplo mi palabra.
La pequeña sonrió con timidez. —Gracias.
Hasta sabía dar las gracias.
Cu

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