Capítulo 1638
Alicia miró a la niña que estaba junto a la anciana. —Adiós, tu padre se quedó sin trabajo. Seguramente ya no podrán pagar una escuela internacional tan cara; tendrás que cambiarte de colegio.
La niña, de inmediato, rompió a llorar a gritos.
Alicia no había olvidado el gesto de burla y los insultos que aquella niña le había lanzado antes.
El comportamiento de esa pequeña en el jardín de infancia, sin duda, era un reflejo de lo que los adultos le enseñaban en casa.
La anciana agarró a su hijo y le preguntó: —Hijo, ¿y ahora qué vamos a hacer? ¿De verdad te despidieron?
El hombre, furioso, respondió: —¡Madre, me has arruinado! Siempre te dije que no fueras así. Ahora toda la familia tiene que pagar la hipoteca cada mes, y con esto solo nos queda ir a mendigar a la calle.
La niña se sentó en el suelo, haciendo un berrinche. —¡No me importa, yo quiero estudiar aquí, no me importa!
El hombre le dio una cachetada. —¿Quién te mandó a buscar problemas en la escuela? ¡Ahora todo es culpa tuya!
A

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