Capítulo 1648
Roberto apretó los dientes. —¿De qué demonios quieres hablar?
—De todos modos, veo que tampoco está dispuesto a ayudar, entonces no hay nada de qué hablar.
Alicia giró la cabeza hacia la ventana. Hablar un rato con Roberto le acortaba la vida unos cuantos años.
Él también miró por la ventanilla; con Alicia no había nada de qué hablar.
Al final, el auto se detuvo frente al Grupo Martínez.
Roberto la miró. —Si no puede con este trabajo, puede irse en cualquier momento. Por consideración a Aurora, no me molestaré en reclamarle por incumplimiento de contrato.
—¿Me estás menospreciando?
Alicia se enfadó un poco.
Roberto, sin volver la cabeza, soltó una frase: —Haz lo que quieras.
Alicia fue al departamento de diseño. Allí también tenía un puesto de trabajo, encendió el ordenador y se puso a trabajar.
No quería que Roberto la subestimara.
Trabajó toda la mañana y envió el borrador inicial del diseño.
Ahora sí debía bastar.
Pero antes de que pudiera relajarse, el gerente del departamento de d

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