Capítulo 1685
—Sí, ¿qué pasa? ¿Acaso no es una gran revelación?
Ixar intentó encontrar en el rostro de Alicia un atisbo de miedo, pero por desgracia no lo halló.
¿Era esta mujer realmente tan dura?
Alicia se sentó en una de las sillas. —¿Este truco lo aprendiste en Argélica, con esa familia de bastardos? Lo bueno no lo aprendiste, pero lo malo sí que lo asimilaste rápido. Tan burdo que hasta resulta molesto a la vista.
El gesto de Ixar se volvió mucho más serio. —¿Cómo lo sabes?
En teoría, esas artimañas eran secretos que solo conocían los nobles; la gente común no podía saber nada.
Alicia sonrió con frialdad. —Adivina. No solo sé de dónde lo aprendiste, también sé qué tipo de negocios hiciste con esa gente.
—¿Quién demonios eres? ¿Acaso fue Roberto quien te envió para investigarme?
Aparte de él, nadie podía tener semejante capacidad.
La mirada de Alicia se tornó sombría. —No, esto no tiene nada que ver con él. Al fin y al cabo, nos conocimos hace mucho tiempo, ¿no?
—¿Te acercaste a mí a propósito?

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