Capítulo 1724
Alicia miró a Teresa. —De verdad, tengo que darles las gracias.
—No hay de qué, estos días, con esta niña aquí, nuestra vida cotidiana ha cambiado. Cuando lleguen los invitados, acompaña al niño para recibirlos, no te preocupes por nada.
Teresa consideraba que ella no era la persona más indicada para recibir a los invitados y prefería evitar que pareciera que quería robar protagonismo.
Roberto se había cambiado de ropa. Llevaba un conjunto informal, lo que le quitaba ese aire de frialdad que solía mostrar ante los extraños y le daba un aspecto más sereno.
Aurora, entusiasmada, tomó la mano de Roberto y la de Alicia y los condujo hacia la entrada.
Al ver esa escena, Teresa sintió una punzada de melancolía.
Ojalá la persona al lado de Roberto fuera Alicia.
¿Acaso la vida estaba hecha solo de arrepentimientos?
A Teresa también le agradaba esa Alicia, pero sabía bien a quién amaba de verdad su hijo.
En ese momento, sonó el teléfono de ella: era Belén quien llamaba.
Teresa se apartó un poco

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