Capítulo 231
Alicia escuchó los sonidos que provenían del interior, pero su visión estaba completamente oscurecida.
La chaqueta de Roberto la cubría por completo, bloqueando así todo a su alrededor.
Sin embargo, ahora se sentía mucho más tranquila, confiada en que estaría a salvo.
Roberto, al ver a los dos guardaespaldas tendidos en el suelo, sorprendido les dijo: —Ya que no quieren hablar conmigo, ojalá que nunca puedan volver a hablar.
Los guardaespaldas, al ver a Roberto cargando a la joven, palidecieron de miedo.
¿Quién podría haber imaginado que esta chica sería rescatada por el heredero de la familia Piedraplata?
¿No se suponía que era una miserable huérfana cuyos padres habían muerto?
Roberto, sosteniendo a Alicia, tomó el ascensor para marcharse. Ella se recostó en su pecho, cubierta por su chaqueta de traje, incapaz de ver lo que sucedía afuera.
En ese preciso momento, su mente estaba confundida.
Ella se agarró con fuerza del cuello de su camisa, tenía sus nudillos blancos de la tensi

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