Capítulo 235
Gabriela, al ver la actitud de Roberto, sintió un gran peso en el corazón.
La noche anterior, Lucía le había contado que había visto a Roberto llevándose apresurado a una muchacha del bar.
Sin embargo, Gabriela en ese momento no lo creyó hasta que confirmó que Roberto estaba alojado en el hotel y decidió ir a verificarlo ella misma.
¡No podía creer que eso fuera cierto!
Gabriela sabía que sus sentimientos eran unilaterales; había tratado de ganarse el favor de la madre de Roberto divulgando una y otra vez rumores de un compromiso con él, todo para conseguir una oportunidad de estar junto a él.
Pero era consciente de que Roberto siempre había sido distante con ella.
Roberto miró a Gabriela con frialdad, sin decir ni una sola palabra. Ella no se atrevió a acercarse más, y mucho menos a irrumpir en la habitación.
En ese preciso momento, un camarero llegó con un carrito de comida.
Roberto tomó el carrito y le dio un rápido vistazo a Gabriela: —Permiso.
Gabriela retrocedió al instante

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