Capítulo 267
Después de que Alicia se marchara, María, reflexionando sobre la humillación que acababa de sufrir, comenzó a llorar de ira.
¡Esa despreciable de Alicia!
María lamentaba profundamente no haber empujado a Alicia desde la azotea cuando tuvo la oportunidad.
¡Había dejado pruebas de su debilidad!
Incapaz de soportar ese insulto, justo entonces su celular sonó. Era Raúl: —Mari, estoy en la escuela, necesito hablar contigo. ¿Dónde estás?
Entre lágrimas, María respondió: —Raúl, estoy en la azotea. Alicia me citó aquí, ¡dice que quiere matarme! Estoy muy asustada.
—Voy para allá ahora mismo.
María colgó el teléfono y se descompuso aún más, buscando ganarse la simpatía de Raúl.
Mientras tanto, Alicia descendía las escaleras con calma.
Al llegar al primer piso, vio a Raúl corriendo hacia ella, claramente preocupado.
Alicia frunció el ceño, sorprendida de que el rescate de María llegara tan rápido.
Cuando Raúl la vio, se detuvo de golpe, impactado por su expresión fría y distante.
Alicia desvió

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