Capítulo 696
El hombre al otro lado del teléfono habló: —Ya es tarde, deberías descansar.
—Mm.
Alicia respondió y entonces colgó.
Echó un vistazo a la conversación entre ambos, como si hubiera regresado al tiempo en que estaban en Vientomar.
Era como si todo lo que había pasado en este tiempo nunca hubiera ocurrido.
Quizás, en ese momento, esta era la mejor forma de llevarse.
Alicia colocó los documentos firmados bajo la almohada. Finalmente, podría descansar.
De todas formas, ella iba a dormir bien esa noche.
Pero ciertas personas, probablemente no tanto; seguramente estarían tan molestas que no podrían conciliar el sueño.
Al día siguiente, Alicia bajó las escaleras con el ánimo despejado para desayunar.
Cuando cruzó el pasillo, oyó el llanto de María. Parecía que aún no estaba conforme.
—¡Alicia, detente!
Marco, con su vista aguda, la vio pasar y rápidamente maniobró la silla de ruedas para salir. Miró a Alicia y dijo: —Quiero hablar contigo de algo.
—Yo no.
Alicia lo rechazó y bajó a desayunar.

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