Capítulo 874
Ella sonrió y dijo: —¿Te duele aquí? ¡De ahora en adelante, no me beses así porque sí!
Roberto le agarró la muñeca y examinó cuidadosamente su mano, notando que la piel se había enrojecido un poco.
Él habló con seriedad: —Cuando lleguemos a casa, te pondré un poco de pomada.
—No me duele, solo que de repente me jalaste y pensé que algo grave había pasado. Fue muy vergonzoso.
Alicia recordó que Roberto la había llevado abruptamente hace un momento, y ahora la comisura de los labios de Roberto estaba rota; cualquiera podía ver claramente el motivo.
Ella se sintió un poco avergonzada.
Roberto tomó la mano de Alicia: —No tienes que preocuparte, yo me encargaré de dar una explicación.
—Tú lo dijiste. —respondió ella.
Alicia siguió a Roberto al salón privado; para ese momento ya habían servido todos los platos.
Valentín alzó la vista y bromeó: —Por fin terminaron de resolver sus asuntos personales. Ahora sí, a comer.
Alicia bajó la cabeza y no dijo nada, sentándose junto a Belén.
Roberto tom

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