Capítulo 900
Beatriz mostró una expresión de sorpresa: —¿De verdad?
—Mamá, esto sí que son buenas noticias. Mientras María esté en nuestras manos, podremos controlar que ese chofer no hable indiscretamente.
Beatriz asintió con la cabeza: —Sí. Esta vez hemos tenido suerte. Vamos a verla.
Gabriela se sintió muy contenta; mientras no le pasara nada a la familia Mendoza, todavía tendría oportunidad de actuar contra Alicia.
Las dos, madre e hija, fueron directamente al lugar donde tenían detenida a María.
Era un almacén abandonado. Gabriela, un poco disgustada, preguntó: —Mamá, ¿de verdad es apropiado tenerla aquí encerrada?
—Aquí es el sitio más seguro. Este almacén pertenece a la familia Mendoza, no habrá ningún problema.
Beatriz entró y, tal como esperaba, vio a una mujer con las manos y pies atados y la boca amordazada.
Cuando le quitaron la venda de los ojos a María, vio a la gente de la familia Mendoza.
María sintió algo de miedo. No entendía por qué la habían traído, pero sabía que nada bueno se

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