Capítulo 936
Belén puso los ojos en blanco: —No soy tan generosa, fue él quien lo compró.
—¿Él puede tener tanto dinero?
—No juzgues a la gente por las apariencias, ¿entiendes? ¿Porque tú no tienes dinero, los demás tampoco?
Belén tomó del brazo a Alicia y caminaron juntas. Vieron que Pablo realmente había comprado ese auto y que incluso lo había puesto a nombre de Belén.
Al ver esto, Alicia miró sonriente a Belén: —Este es un regalo que te ha hecho, ¿eh?
Belén se sonrojó y miró a Pablo: —¿Por qué me lo regalas? No necesito un regalo tan caro, y además ni siquiera conduzco.
Por el problema con su pie, Belén siempre había rechazado la idea de conducir.
Pablo, muy tranquilo, respondió: —Yo puedo hacerlo.
Alicia, desde un lado, intervino: —Cierto, Pablo puede ser tu chófer gratis; lo que es gratis, hay que aprovecharlo.
El corazón de Belén latía mucho más rápido, pero sentía que algo estaba raro, porque Pablo no era de esos hombres a los que les gustaba llamar la atención.
De todos modos, ahora no era

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