Capítulo 975
Cuando Alicia terminó de hablar, Yago aceleró de repente.
Alicia lo miró, sorprendida: —¿Qué pasa?
—Nos están siguiendo, debe de ser alguien con malas intenciones. Primero hay que despistarlo.
Alicia fue sacudida hasta el punto de sentirse mareada.
Se sentía algo aturdida: —¿Qué auto nos sigue?
"¿No será Roberto?" "Si era él, entonces no hacía falta despistarlo."
Yago respondió con desgana: —Un carro hecho polvo.
A Alicia no le quedó más remedio que sujetarse con fuerza, esperando a que Yago lograra dejar atrás al perseguidor.
Poco después, la velocidad del auto se estabilizó: —Por fin lo hemos dejado atrás. Se nota que normalmente lo lleva un chófer, porque conduce fatal.
Alicia lo miró: —¿Lo conoces?
Yago estaba tan satisfecho que se dio cuenta de que se le había escapado algo: —Nada, has acertado antes. Las cosas están guardadas en la caja fuerte del centro de spa.
—Parece que Álvaro es un cliente habitual.
Esconderlo ahí, en efecto, no llama demasiado la atención.
Al poco tiempo, e

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