Capítulo 350
Avery se quedó congelado.
Dylan le dio un golpe a la carta de renuncia y el papel A4 se esparció por el piso inmaculado de la habitación del hospital.
—Grace es tu hija... —Avery se atragantó con las palabras, incapaz de tragarlas o pronunciarlas en voz alta.
La mirada aguda de Dylan la atravesó como un cuchillo, cortando los frágiles nervios de Avery.
—Avery, eres demasiado impaciente. Llegué al hospital por la tarde, te interrogué durante unos minutos y, ¿cuánto tiempo ha pasado? Ya estás saltando de alegría y queriendo dimitir —se inclinó hacia delante, mientras su hermoso rostro se agrandaba ante los ojos de Avery—. ¿Te sientes culpable?
Fue como si le hubieran vertido encima un balde de agua fría, helando a Avery hasta los huesos.
La mano de Avery presionó el pecho musculoso del hombre, empujándolo hacia atrás.
Dylan, desconcertado, la vio agacharse de repente, recuperar la carta de renuncia y presionarla firmemente sobre la mesa.
"No volveré a FC Group. ¡Ya se lo he dejado claro

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