Capítulo 408
Se acercó lentamente y agarró a la mujer del brazo. Su rostro, tan hermoso como el cambio de estaciones, estaba lleno de resentimiento: era Avery.
“¡Me has olvidado!”
Avery apretó los dientes y repitió lo mismo. Luego, lo empujó, saltó de la plataforma alta y desapareció en el abismo.
—¡Avery!
Dylan se levantó de golpe de la cama del hospital, empapado en sudor frío. Su corazón latía con fuerza, como si fuera a estallar en cualquier momento.
—¡Maldita sea! —maldijo en voz baja. No podía creer que hubiera tenido semejante pesadilla.
Apretó los labios con fuerza y la habitación quedó envuelta en oscuridad, salvo por la luz del exterior que se filtraba por la ventana. Dylan se secó el sudor de la frente, respiró profundamente y se recostó.
Giró la cabeza ligeramente para mirar a Grace. Algo no iba bien: su respiración parecía agitada.
Instintivamente, Dylan extendió la mano para tocarle la frente. Estaba ardiendo. Rápidamente encendió la lámpara y presionó el botón de llamada a la enferme

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