Capítulo 180
—Siena, tu papá, me está volviendo loco otra vez. No entiende las indirectas. —Siseé y apagué el teléfono para no tener que mirar las llamadas perdidas.
—¡Ya te has tardado bastante! —Dario sonrió desde lejos y sostenía un ramo de rosas en sus manos.
—Lo siento —disculpé mientras empujaba el cochecito y me dirigía hacia él—. No estoy acostumbrada a que la gente llegue a tiempo.
—Eso debe significar que Cristian te hace esperar, pero por suerte para ti, no soy cristiano —dijo Darío mientras me entregaba las rosas—. ¿Me compraste rosas? Nadie me compra rosas nunca. Reí con torpeza.
Aunque me prometí no pensar en él, mi mente volvió a Cristian. Nunca me compraba rosas, y yo nunca se las pedía. En lugar de eso, malgastaba su dinero comprándome los regalos más caros.
—Incluso le traje una a tu hija. —Sonrió y sacó una rosa de juguete—. Pensé que se la comería, así que... —Se encogió de hombros y le entregó la rosa—. Igual se la comerá, pero el esfuerzo es un alivio.
"¿Se está riendo?", preg

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