Capítulo 23

Al tercer año de casados, Atelier Alma de Hilo ya se había convertido en una de las marcas más importantes del país. La pareja manejaba juntos el taller, disfrutando de una vida plena y feliz. La luz de la mañana entraba por la ventana de su departamento. Rosa estaba en el vestidor, pasando los dedos por una hilera de vestidos organizados por tonos. Eran prendas diseñadas por José especialmente para ella, cada una etiquetada con la ocasión y la fecha correspondientes. —¿Hoy vas a reunirte con clientes franceses? —José la abrazó por detrás, rozando con la barbilla la coronilla de su cabeza, mientras le mostraba dos juegos de joyas para que eligiera. Ese cuidado minucioso, que antes ella daba a otros, ahora finalmente alguien lo dedicaba a ella. Frente al edificio del Grupo Ruiz, las fajas de embargo del juzgado ondeaban al viento. Debido a la mala gestión, Grupo Ruiz finalmente se declaró en bancarrota. Al ver caer a ese imperio empresarial del que alguna vez se había sentido tan orgull