“¡B*stardos! ¡Suéltenla!”.
Garrison estaba ahora enloquecido por la ansiedad. Su manzana de Adán temblaba mientras sus ojos estaban tan rojos como las llamas.
“Les juro que si la tocan, haré que sus vidas sean un infier— ¡Mmm!”.
Una mano grande le tapó la boca con firmeza.
¡Ras!
Otro sonido de tela rasgada resonó.
Sotiria luchó profusamente, pero el hombre era demasiado fuerte. Sus manos y piernas estaban sujetas al suelo. Ella no podía moverse en absoluto. ¡Todo lo que podía hacer era mirar al hombre mientras bajaba la cabeza y movía sus labios gordos y aceitosos más y más cerca de su boca!
El aliento de las fosas nasales del hombre olía tan rancio como un inodoro. Sentía que se le revolvía el estómago y casi vomita.
“¡Aléjate! ¡No me toques! ¡Aléjate… Aléjate!”.
Sotiria entró en pánico y las lágrimas rodaron por su rostro.
'¡No! ¡No quiero que me bese este hombre feo!'.
Garrison la había estado persiguiendo durante más de cuatro años y ella ni siquiera le había permitido t