Capítulo 10
Nueva Thalía, en la sala de hospital.
Andrés esbozó una leve sonrisa en la comisura de los labios, bajó la cabeza y peló una manzana para Camila, quien estaba en la cama del hospital, luego la alimentó con esmero trozo a trozo.
La cara de Camila reflejaba una satisfacción indescriptible. —Lobo feroz, si te quedas conmigo todo el día cuidándome, ¿no se molestará Brenda? Si ella te guarda rencor...
—No lo hará.
Andrés la interrumpió, su tono era seguro y rotundo.
—Brendita jamás me dejará, tampoco puede vivir sin mí.
En el corazón de Camila surgió una fuerte ola de celos, y preguntó con cierta precaución:
—Lobo feroz, ¿por qué no te divorcias de ella y te casas conmigo?
Su cara estaba lleno de sonrisas y sus ojos rebosaban una profunda esperanza.
La mano de Andrés, que sostenía el cuchillo para fruta, se detuvo. Levantó la mirada y en sus ojos pasó un destello frío.
—Brendita es mi esposa, nadie puede amenazar su posición. El amor que hay entre nosotros, tú no lo puedes entender.
—No imp

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