Capítulo 14
Después de un largo vuelo, Gabriel llegó por fin a Monte Celeste de madrugada.
Al llegar, no miró las luces ni los rascacielos. Ordenó a Ricardo conseguir un vehículo y fue directo al hospital.
Media hora después, salió del ascensor y corrió al mostrador: —Por favor, la mujer que ingresó ayer, Sofía. Necesito saber dónde está.
Su voz temblaba, las palabras se atropellaban. Tenía canas en la frente y un cansancio profundo en la mirada.
La enfermera revisó el registro: —Sí, ingresó una señorita Sofía, víctima de un accidente. Pero, si no tiene parentesco directo, no puedo darle información.
—Es mi esposa... —Dijo Gabriel sin pensar, pero enseguida se quedó en silencio.
Recordó que ya estaban divorciados.
Ya no era su esposo, apenas un recuerdo molesto, quizá alguien a quien ella odiaba.
La enfermera, al ver que no respondía, cerró el registro con gesto impaciente: —Si no tiene relación con la paciente, por favor, no estorbe nuestro trabajo. Todos los pacientes aquí son VIP. Le ruego que

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