Capítulo 17

—¿Hermana? —¿Desde cuándo soy su hermana? ¿Y tú desde cuándo eres mi madre? Martina, te respeto solo porque te casaste con la familia Reyes, pero no creas que soy alguien fácil de pisotear. Apenas dijo eso, Humberto le cruzó la cara con una bofetada. Bianca, con la mejilla ardiendo, sintió un zumbido persistente en los oídos. —¡Humberto, tú no tienes derecho a llamarte mi padre! Bianca salió corriendo hacia el control de seguridad del complejo. Martina intentó perseguirla. —¡Déjalo ya! Si ella no te abre, solo vas a quedarte aquí haciendo corajes. Martina pisoteó el suelo de frustración: —Querido, ¿por qué le pegaste? Si hablábamos un poco más, tal vez nos habría dicho que sí. —¡Aunque no quisiera, va a tener que hacerlo! Humberto ya tenía todo calculado. Solo esperaba el momento adecuado para actuar. A la mañana siguiente, la luz del sol se coló por el vidrio, apoderándose en silencio de gran parte de la habitación. Una brisa pasó, y las sombras de los árboles se mecían sobre Bianca.