Capítulo 15

Después de ser despertada, Isabel ya no pudo volver a dormir. Se arregló y bajó, encontrando a José esperando con el almuerzo ya preparado. Al verla ponerse el abrigo para salir, José se levantó y preguntó con cautela: —La comida ya está lista, ¿no te quedas a comer en casa? —Verte me quita el apetito. Algún día me vas a matar de hambre. José bajó la cabeza: —Entonces, vuelve temprano esta noche. La respuesta fue un portazo. José sabía que Isabel estaba llena de rencor, pero después de tantos años de relación, cuando ella descargara toda su ira y se calmara, todavía habría esperanza de recuperar su amor. Solo que, mientras esperaba, esa incertidumbre sería insoportable. Sonrió con amargura. Al fin y al cabo, todo esto se lo había buscado él mismo. Isabel salió de la villa sin ganas de almorzar, sintiéndose molesta. Antes, al ver a Paula romper y volver con su novio, no lo entendía, si no se ama, se termina; si se ama, se sigue. ¿Por qué insistir en lo roto? Ahora, por fin lo comprendía