Capítulo 32
Ryan eructó.
Micah, frunciendo el ceño, se alejó un poco más de él.
"Vamos, déjame ahogar mis penas". Ryan agarró otra botella de vino y bebió un trago.
"Mi viejo me castigó. ¿Puedes creerlo?"
"A mí, un adulto, mi querido padre me condenó por haber cometido un error", enfatizó.
"Tu error le costó a la empresa de tu padre veinte millones de dólares", le recordó Micah.
Las pruebas que demostraban la evasión fiscal de Méndez Enterprise eran contundentes.
Eugene tuvo que pagar una multa para evitar la cárcel, así que, en definitiva, Ryan no tuvo que afrontar mayores dificultades.
"No es mi culpa". Ryan hizo un puchero. "No fue mi idea falsear los libros contables".
"Pero te metiste con la persona equivocada".
"¡Yo no me metí con ella!", protestó Ryan. "Lo único que quería era darle una lección a esa mujer. Darya Miller es... el demonio", juró Ryan.
Luego se frotó los ojos y exclamó: "¡Micah, mira!".
El hombre siguió la dirección en la que el dedo de Ryan señalaba: Darya se dirigía

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