Entonces, Angie hizo girar su vara y aulló: "¡Mano de la Oscuridad!".
De repente, una gran mano negra salió del remolino del centro de las esferas de hechizo.
La mano y el brazo al que estaba unido parecían los de un demonio. Tenía un metro de ancho y estaba lleno de clavos afilados que medían más de treinta centímetros de largo.
Todo el brazo y mano estaban densamente llenos de runas que brillaban inquietantemente con una aterradora energía que arañaba a Wilbur.
Una fuerza indescriptible de gran energía dejó a Wilbur inmóvil al instante.
La mano gigante parecía haber salido del mismísimo infierno y estaba tratando de arrastrar a Wilbur con ella.
"¡Es hora que te vayas al mundo del Dios de la Oscuridad! Las llamas de la oscuridad quemarán tu alma por miles de años, y tu alma llorará en agonía cada segundo para complacer al Dios de la Oscuridad". Angie se rio salvajemente.
Pierce y Orzo le sonrieron a Wilbur como si estuvieran mirando a un hombre muerto condenado a su destino.
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