Capítulo 24

Después de interrogarlo durante todo el camino, Elena sintió que al final había comprendido la verdadera situación de Cristian, y solo entonces lo perdonó. Él, naturalmente, se sintió satisfecho, estaba tan feliz que en cuanto bajaron del avión la llevó directo a casa. Antes de ir a Elbría, ella ya le había prometido que al regresar lo acompañaría a conocer a su familia. Pero cuando el auto entró en la zona residencial de lujo en el centro de Puerto Esmeralda, Elena permaneció en completo silencio. Giró la cabeza, miró fijamente a Cristian y preguntó con un tono sombrío: —La familia Bravo de Puerto Esmeralda, ¿esto es lo que tú llamas una familia común? —¿Este tipo de familia no es común y corriente? Tal vez es que mis padres me enseñaron desde pequeño a ser humilde, y eso provocó un malentendido con mi forma de ver las cosas. Después de escuchar esta respuesta, casi imposible de contradecir, Elena se dio cuenta por primera vez de que Cristian era un hombre de palabra tan hábil y persu