Capítulo 34 Aún no era suficiente golpe
El corazón de Diego dio un vuelco: ¿cómo podía saber el señor Rafael sobre ese asunto?
—En ese momento, la madre de Andrea se lesionó de repente. Todo pasó muy rápido y la acompañé al hospital, por eso no alcancé a ir con mi esposa a recibir las cenizas de sus padres. —Se justificó Diego.
—¿Lesionada? ¿Un esguince de tobillo lo llamas una lesión grave? Parece que, para ti, la madre de tu "amiga" es mucho más importante que los padres de tu esposa —respondió Rafael con frialdad.
La mayoría de los presentes eran personas astutas, curtidas en ese círculo social, y nadie iba a tragarse el pretexto de la "amiga". Sobre todo, porque Diego había ocultado su matrimonio a propósito, haciendo creer a la opinión pública que era soltero.
Además, la familia Ramírez era famosa por su fidelidad en el matrimonio.
En la familia Ramírez, la infidelidad era un tabú.
El señor Rafael era, naturalmente, de los que más despreciaban la traición, y por eso varias miradas hacia Diego y Andrea empezaron a teñirs

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