Capítulo 38 Arrepentida de haberte casado
Julia regresó a la villa y vio a Diego sentado en el sofá de la sala.
—Julia, ¿de verdad quieres divorciarte de mí? —Preguntó Diego.
—Nuestro matrimonio ya no tiene razón de mantenerse —respondió Julia.
—¿Solo por algunas pequeñas cosas quieres divorciarte? ¿Qué crees que significa el matrimonio? —dijo Diego con disgusto.
—¿Pequeñas cosas? —Julia lo miró con burla—. ¿Que tu madre y Nora me trataran así es una pequeña cosa? ¿Que tú tuvieras una aventura con Andrea también es una pequeña cosa?
—Que mi madre y Nora te trataran de esa manera estuvo mal, pero ahora ya fueron detenidas. Ellas ya pagaron el precio, ¿no es suficiente? —replicó Diego.
Julia solo lo halló ridículo. ¿Acaso porque el agresor pagara un precio, la víctima debía sentirse satisfecha?
—Además, Andrea y yo solo somos amigos. ¡Jamás tuve sexo con ella, así que deja de decir que te engañé! —dijo Diego con rabia.
—¿Y crees que solo la infidelidad física cuenta como traición? —preguntó Julia—. Cuando todos pensaban que uste

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