Capítulo 82 ¿De verdad ya no le importa en absoluto?

—¡Ah! —Andrea soltó un grito de dolor. En un abrir y cerrar de ojos, aquel fino collar de diamantes que Andrea llevaba en el cuello ya estaba en manos de Rafael. Julia se quedó un poco sorprendida y, mirando a Rafael, preguntó: —¿Qué haces aquí? Rafael caminó hasta quedar frente a Julia. —Antes te llamé por teléfono y me dijiste que vendrías a la casa de los Jiménez, así que vine a verte. Entonces Julia recordó que, esa mañana, de camino a la casa de los Jiménez, había recibido una llamada de Rafael. Sin embargo, en ese momento no se le ocurrió que Rafael vendría expresamente hasta allí. —¡Señor Rafael, esto ya es demasiado! —Diego dio un paso al frente y lo increpó furioso—. Por mucho que sea, no puedes hacer algo así. Con esto, incluso podría denunciarte por robo. —¿Robo? —Rafael soltó una risa burlona y, con total despreocupación, hizo girar entre sus dedos el collar de diamantes—. Yo solo le estoy devolviendo a Julia una parte de los bienes matrimoniales que le corresponden. ¿De ve