Capítulo 50

Él guardó silencio por un momento. —¿En qué hospital está Valentina ahora? —En el Hospital San Gabriel. Tras escuchar la respuesta, Alejandro colgó la llamada sin decir una palabra más. Catalina sabía que él se preparaba para ir a ver a Valentina. Después de colgar, Alejandro se giró y vio en los labios de Catalina una sonrisa cargada de burla y mal disimulada satisfacción. La mirada de Alejandro se oscureció más por un instante, y de repente le sujetó la muñeca. —Vas a venir conmigo. —¿No que la que Valentina quiere ver es a ti? ¿Y aun así quieres que yo vaya contigo? El tono de Alejandro era sereno. —Tú siempre malinterpretas mi relación con Valentina, ¿cierto? Si vienes conmigo, ya no habrá lugar para malentendidos. —¿Malentendidos? —Catalina no pudo evitar zafarse de su agarre—. ¿Acaso no es cierto lo que pienso? —No lo es. —Alejandro volvió a sujetarla con firmeza—. Si no vienes, no te dejaré ir. Catalina estuvo a punto de responder que no tenía miedo, que no era ella quien tenía