Capítulo 118 Demasiado hermosa

De todas formas, Susana no podría ganar. El ánimo de Fabián mejoró al instante: —¡Mamá, vamos a ver a Dolores! Laura miró a Susana con una expresión compleja; quiso decir algo, pero Susana ya había regresado a su habitación y cerrado la puerta. Laura finalmente suspiró. Si Susana perdía y debía abandonar la familia Valdez, pensó en darle algo de dinero para que no tuviera una vida demasiado difícil. Cuando llegaron al cuarto de Dolores, Laura observó a su hija y a las modelos luciendo aquellos trajes exquisitos, y su mirada se suavizó. Fabián, emocionado, le contó a Dolores acerca de la apuesta que había hecho con Susana. Dolores abrió mucho los ojos; por dentro se sintió complacida, aunque fingió preocupación: —¿Y si ella gana? Mamá, Fabián, ¡no quiero alejarme de ustedes! —Tranquila, Dolores. —Dijo Fabián con voz cariñosa: —Ella nunca ha diseñado ropa. ¿Cómo podría ganarte? Tú eres la mejor, y no te permitiré dudar de ti misma. Dolores asintió con cierta timidez: —Está bien, me esfor