Capítulo 140 Confesión

Pero, sin saber por qué, Susana sintió una tristeza escondida en aquella melodía. Su ánimo se volvió cada vez más inquieto. Desde el punto de vista de Julián, ¿no estaba actuando ella de manera absurda? El día anterior aún eran amigos, y al siguiente, de repente, se mostraba tan distante. Si ella fuera Julián, también estaría molesta. Susana cerró los ojos un instante y luego llamó por teléfono a Julián. En cuanto él contestó, el piano se detuvo. —¿Qué ocurre? —Preguntó Julián. Su voz sonaba serena, pero no lograba ocultar un matiz de melancolía. Susana apretó el celular entre sus manos antes de hablar lentamente: —Quiero decirte algo. —Está bien. Julián seguía sentado junto al piano. Casi podía adivinar lo que Susana estaba a punto de decirle. ¿De verdad le gustaba tanto Santos como para alejarse de él por completo? El dolor en su pecho era como una daga clavada en el corazón, girando una y otra vez, desgarrando la carne y la calma. Sin poder contenerse, habló antes de tiempo: —Basta,