Capítulo 9 Un cambio de actitud
Susana miró a Dolores con una sonrisa apenas perceptible. —¿En serio? Entonces gracias.
—No hay de qué, al fin y al cabo, somos hermanas —respondió Dolores con dulzura.
—Ah, con razón. Yo pensaba que no me querías. Si no es así, ¿por qué tienes los ojos rojos, como si hubieras sufrido una gran injusticia? —Las palabras tranquilas de Susana atrajeron de inmediato la atención de todos hacia Dolores. Y, efectivamente, el borde de sus ojos estaba enrojecido.
Ante las miradas inquisitivas de los presentes, Dolores se apresuró a explicar: —Es que estoy tan feliz por el regreso de Susana, que no puedo evitar emocionarme. De ningún modo estoy molesta.
—Eso espero —dijo Susana con una leve risa.
Aquella risa, llena de intención, hizo que Dolores se sintiera humillada y colmada de rencor.
En ese momento, Benito intervino oportunamente: —De ahora en adelante somos una sola familia y debemos convivir en armonía. Susana, toma, este es mi regalo para ti.
Benito le entregó una tarjeta.
Susana se sorp

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