Capítulo 125
Una ráfaga de viento despeinó el largo cabello negro de Lucía, cubriendo por completo parte de su rostro.
Sus ojos claros y definidos se asomaban entre sus cabellos, encontrándose con la mirada de Wálter.
En ese preciso instante, la pequeña palma de su mano, blanca y delicada mostraba las finas líneas de un tenue rosa carne.
Wálter se distrajo por un momento.
Al ver que él no se movía, Lucía dio un paso hacia adelante, metió la mano en el bolsillo de su pantalón y sacó las llaves del auto.
—Ya me subo al auto.
Se giró y caminó hacia el vehículo.
El pantalón de Wálter se ajustaba a su muslo, mientras la mano de la mujer rozaba su entrepierna.
Él volvió pronto en sí, con la mirada intensa, y la observó subir al auto antes de girarse para entrar a la tienda.
El empleado ya tenía preparado el contrato de compra y recibió a Wálter en la sala VIP para clientes.
—Señor, ¿está casado?
Wálter se sentó en el sillón, cruzando las piernas, y respondió de forma instintiva: —Sí, estoy casado.
—Enton

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