Capítulo 215

—¿Cómo no voy a venir si esta es la casa de mi hija? Inés sonrió radiante, se abrió paso con cuidado entre Yolanda y entró con elegancia. Lucia, al oír el ruido, llegó demasiado tarde. —Luci, compré algo de pan, podemos comerlo por la mañana, no te preocupes por mí cuando vayas a trabajar. Parecía que Inés planeaba quedarse más tiempo allí. Ella llevó dos bolsas grandes de comida rápida directo al comedor y llenó el vacío refrigerador. Todo era de su sabor favorito. Yolanda giró los ojos sorprendida y le hizo un guiño a Lucia, preguntándole: ¿qué pasaba? —Está bien.— Lucia miró a Inés, estaba enojada pero no sabía qué hacer con ella. De alguna manera, sentía una gran compasión por Inés. Una compasión que la hacía incapaz de hacer algo demasiado severo contra ella. Después de colocar las cosas en orden, Inés les dio una sonrisa incómoda y luego corrió a la habitación secundaria y no salió más. —¿Tu madre se va a quedar aquí?— Yolanda habló en voz baja, —¿Va a ser algo incómodo comer lue