Capítulo 16

—En su momento llegué tarde, no alcancé a confesarle mis sentimientos a Silvia. Esta vez, no volveré a llegar tarde. Su voz, firme y decidida, llegó con claridad a los oídos de Julio, desatando de inmediato una tormenta de emociones. Estuvo a punto de perder la razón de rabia. Resultaba que, durante todo ese tiempo, todos ellos lo habían estado manipulando, empujándolo a hacer cosas que lastimaran a Silvia, ¡solo para que Miguel pudiera ocupar su lugar! La furia era tal que los ojos se le inyectaron de sangre; arrebató el teléfono de Ricardo y, con el rostro enrabietado, habló con una voz helada: —Miguel, Silvia solo me amará a mí. Le pediré disculpas y volveremos a estar juntos. —Antes no te quiso, ¿de verdad crees que ahora tendrás una oportunidad? ¡Eso es imposible! Miguel, sereno y tranquilo, respondió: —Que de momento no me ame ni esté conmigo no importa. Al menos, soy mejor que tú. Tú la lastimaste así; aunque no me elija a mí, jamás volverá contigo. A Julio se le cortó la respir