Capítulo 100
¿Ese vestido de gala era un regalo de Teodoro?
¿Y qué significaba ese tono ligeramente autoritario, como si quisiera marcarla con su sello?
Al pensarlo, Nancy se sintió incómoda y, sin dudarlo, fue directamente a golpear la puerta de al lado.
¿Quién quería su vestido de gala?
Pero, a pesar de que el timbre sonó durante un buen rato, nadie abrió la puerta.
Nancy sacó el celular y lo llamó.
—Señor Teodoro, gracias por su amabilidad, pero el vestido lo prepararé yo misma. Este se lo devuelvo.
Su voz tenía un matiz frío y cortante, pero Teodoro, como si no lo hubiera notado, respondió: —Ahora no me viene bien; si tienes prisa, entra tú misma.
Colgó la llamada.
Nancy recibió enseguida el código de la puerta que él le envió.
Arrugó la frente y, sin darle más vueltas, marcó el código y entró.
Con el vestido en la mano, llegó hasta el salón, dejó la caja sobre la mesa y se dio media vuelta para irse.
—Pensé que no te atreverías a entrar.
La voz de Teodoro sonó de repente a su lado.
Nancy, que

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