Capítulo 16

Nuria se levantó, preparándose para enfrentarse a alguien, pero logré detenerla justo a tiempo. Me puse de pie y llevé a Nuria conmigo, proponiéndole: —Vamos a divertirnos, ¿te parece si jugamos? Tal vez mi respuesta fue demasiado precipitada y por un instante todos parecieron desconcertados. Me acerqué para conocer las reglas del juego, pero nadie decía nada. Roberto fue el primero en reaccionar, se hizo a un lado para darme espacio y se sentó a mi lado para explicarme cómo se jugaba. Las reglas eran sencillas: consistían en girar una botella de cerveza sobre la mesa y a quien le apuntara el cuello de la botella, le tocaba responder una pregunta formulada por la persona que había sido interrogada en la ronda anterior. Cada uno tenía la libertad de elegir el castigo. Roberto terminó de explicar y me preguntó: —¿Lo has entendido? Asentí con la cabeza: —Sí, claro. El juego comenzó y todos participaban de forma bastante reservada. Las preguntas variaban desde "¿Quién te parece el más atra