Capítulo 94

Miré mi teléfono y apenas eran más de las tres de la madrugada. Temiendo molestar a Nuria, tomé una manta del armario y me la coloqué sobre los hombros, preparándome para salir a observar las estrellas. No sé si es por el clima atípico de este año, pero el viento que soplaba se sentía un poco cálido. Alejado de la ciudad, el cielo estrellado brillaba resplendente y luminoso, una belleza inaccesible en la urbe. Me senté con las piernas cruzadas un rato, cuando de repente se escuchó un leve ruido al empujar la puerta. Me volví y vi a Daniel saliendo por otra puerta, caminando hacia donde estaba yo, cerca de la barandilla. Todavía llevaba la misma ropa de antes, emergiendo de la oscuridad, lo que inexplicablemente transmitía una sensación de soledad. Sacudí la cabeza, pensando que mi idea era un poco graciosa. Es Daniel. Siempre ha sido el centro de atención, ¿cómo podría sentirse solo? Cuando estaba a punto de regresar, de repente vi a Daniel sacando un paquete de cigarrillos, luego tomó