Capítulo 87 Dolor

Enrique no respondió; sus labios se tensaron en una línea recta. —Lo siento. —Cecilia fue la primera en hablar—. Mariana, yo no sabía... —¿No sabías qué? —La interrumpió Mariana—. ¿Que yo estaba aquí? ¿De verdad? No me lo creo. ¿Acaso no te lo dijeron ya? Tú sabías que vendría, y Enrique hizo que alguien te llevara lejos solo para que no nos cruzáramos, ¿no es así? —Pero aun así estás aquí ahora... ¿no es porque no quieres aceptarlo? La voz de Mariana sonaba calmada. Pero, palabra tras palabra, era como una mano que arrancaba de golpe la máscara de Cecilia. Cecilia no supo qué contestar y solo volvió la mirada hacia Enrique, que estaba a su lado. La cara de él era pura severidad. —Ya está, no hace falta seguir ocultándolo. Dijo de nuevo Mariana. —Hagan lo que quieran; yo no voy a seguirles el juego. Apenas terminó de hablar, Mariana intentó apartar la mano de Enrique. Pero él la mantenía agarrada con fuerza. Mariana bajó la mirada, con el gesto endurecido. —A estas alturas, ¿qué más ti