Capítulo 21
Pablo y Amelia gritaban a Dolores, con los ojos llenos de remordimiento: —Fuimos nosotros quienes no supimos reconocer nuestra hija. Confundimos a una estafadora... te hicimos sufrir...
—Tu hermana murió, solo nos quedas tú. Eres nuestra única hija, ¿quieres volver a casa?
Ella los miró, viendo su arrepentimiento, pero en su interior no quedaba ninguna emoción.
—Aunque ella sea una estafadora, los favoritismos y daños que ustedes me hicieron durante todos estos años sí fueron reales.
Cuando deseaba afecto familiar, ellos siempre se lo daban a la otra.
Hasta ese día, no podía olvidar la sensación de estar encerrada en el congelador, torturada por el frío y la oscuridad. Tampoco los golpes de látigo en su cuerpo y la piel abierta.
Y todo eso, se lo habían causado ellos.
Ellos habían descubierto la verdad y venían a buscarla, queriendo hacer como si nada hubiera pasado.
Pero ella no podía.
Así que habló con frialdad: —Váyanse.
Sus padres se quedaron atónitos, intentando remediar la situac

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