Capítulo 256

Diego miró a la enfermera que le sujetaba la mano, y su mirada se tornó sombría. Justo cuando iba a apartarla de un empujón, oyó de pronto pasos que se acercaban. —¿Qué está pasando aquí? Al escuchar esa voz familiar a sus espaldas, la enfermera giró la cabeza por instinto. Al ver la silueta del hombre, soltó un suspiro de alivio y dejó libre a Diego. —Doctor Manuel. Una sombra oscura cruzó por los ojos de Diego. Finalmente, considerando la presencia de otros, reprimió sus sentimientos contenidos. El doctor Manuel echó un vistazo a la enfermera, luego a Diego.—¿Qué ocurre? La enfermera se acercó cautelosa dos pasos hacia el doctor Manuel y bajó la voz: —Vi que tiró cosas en el pasillo, así que le pedí que las recogiera, pero él... Aún no terminaba de hablar cuando vio que Diego se agachaba para recoger lo que había en el suelo. En cuanto a los pétalos esparcidos, Diego no los tocó. Apretó con fuerza los objetos en la mano, el rostro aún tenso. De no ser porque le preocupaba su reputaci